Hola.
He decidido escribirte. No sé por qué, tal vez porque hoy estoy «celebrando» 10 años de salir de mi propio clóset privado. Cualquiera que sea la razón, escribí esto. Espero que lo puedas leer hasta el final.
A pesar de que fue hace 10 años, recuerdo con mucha claridad cómo era la vida en el clóset. Vas caminando por la calle. Chicos guapos pasan a tu lado, pero no puedes mirarlos – por temor a revelar tu verdad. Y sales con chicas, y no es tan malo. Algunas de ellas sospechan algo de ti, pero tu haces todo lo posible por ocultarlo. Puedes incluso exagerar tu masculinidad con el fin de convencerla. No es difícil engañar a una chica que está enamorada de ti.
Y te empiezas a confundir con tus propias mentiras. Crees que porque te las arreglaste para acostarte con ella, que tal vez, quizás, seguramente, tu no eres en realidad gay.
Y si te casas con ella y tienes un hijo con ella, ¡ya la hiciste! En realidad no eres gay.
Pero por la noche tus sueños te traicionan. Sigue leyendo